1) Introducir más frutas y verduras
El consumo de frutas y verduras es fundamental para combatir la obesidad infantil. Los padres pueden incorporar frutas a la dieta de los niños reemplazando los dulces y las grasas. Para aumentar el consumo de verduras se sugiere que los padres preparen y condimenten las verduras que más les gustan a sus niños y que los ayuden a reducir el consumo de grasas y comidas altas en calorías.
Lo importante es aumentar las probabilidades de que los niños consuman frutas y verduras y bocadillos saludables.
2) Pasar menos tiempo enfrente de una pantalla
La obesidad difícilmente se combate con éxito sin cambiar hábitos sedentarios como ver demasiada televisión, jugar videojuegos o pasar horas frente al ordenador. Todos esos son momentos sedentarios que contribuyen al desarrollo de la obesidad.
Lo ideal es limitar a dos horas al día el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla. De esa forma los niños tendrán más tiempo disponible para seguir el próximo consejo: poner sus cuerpos en movimiento.
3) Aumentar la actividad física
Se recomienda que los niños hagan por lo menos una hora diaria de actividad física. No se trata de que se entrenen para un deporte en específico o que el ejercicio sea riguroso todos los días.
Se trata de que los niños jueguen en los espacios abiertos, que pasen menos tiempo encerrados en casa, que salgan a caminar y que tengan un estilo de vida que no sea sedentario.
4) Eliminar el consumo de bebidas azucaradas
En los últimos años se ha dado una explosión en el consumo de bebidas azucaradas como refrescos, zumos y bebidas energéticas. Muchas veces las familias desconocen cuánta azúcar contienen estas bebidas. Los refrescos tienen muchas calorías que no tienen ningún componente nutricional y que no contribuyen a una dieta saludable. Por eso la recomendación es que se eviten al máximo.
Lo ideal es que los padres fomenten el consumo de agua en el hogar para así inculcar a los niños hábitos saludables.
5) Dar el ejemplo a los hijos
Los buenos hábitos de salud son posibles si los padres les dan suficiente importancia en el hogar.
No se trata de que el padre le diga al hijo que tenga hábitos saludables pero él mismo no los tiene. Equilibrar el ejercicio con la buena alimentación.
Toda la familia debería tener hábitos saludables, salir a caminar juntos, tratar de reducir el número de horas de televisión y tratar de evitar el consumo de bebidas azucaradas.
Fuente: Centros para el control y prevención de enfermedades.