Tan importante como desconectar es prepararse para el regreso y así minimizar los efectos del síndrome postvacacional , (cuyos síntomas pueden perdurar hasta dos semanas y son parecidos a la depresión y la ansiedad, con apatía, cansancio físico, incapacidad para disfrutar de las cosas o irritabilidad, derivados del esfuerzo del organismo para adaptarse a la rutina. Los expertos recomiendan ir ajustando de manera progresiva el ritmo en cuanto a horarios de sueño y comidas e incorporarse a la rutina de forma paulatina.
CLAVES PARA UNAS VACACIONES SALUDABLES
CLAVES PARA UNAS VACACIONES SALUDABLES
lunes 5 de agosto, 2013
Desconectar y prepararse a tiempo para el regreso, proteger la piel, cuidar la dieta, recuperar buenas rutinas de sueño --siesta incluida-- y tomar precauciones en las actividades de ocio al aire libre son las claves fundamentales para pasar unas vacaciones saludables. El verano debe ser un período de descanso físico y mental.
Los expertos recomiendan intentar desentenderse de los 'smartphone' en estos días o, al menos, fijar una hora al día para consultar los mensajes y limitar el tiempo que se le dedica.
En el destino vacacional se suele pasar mucho tiempo al aire libre, por ello es fundamental proteger la piel adecuadamente para evitar cáncer cutáneo, envejecimiento precoz y manchas solares. Utilizar un fotoprotector adecuado a nuestro tipo de piel, no exponerse al sol en las horas centrales del día e hidratarse con frecuencia.
En el cuidado de la piel durante las vacaciones tienen especial incidencia las picaduras de insectos, evitar los colores fuertes y usar repelentes , si ya nos han picado usar agua fría y cremas con corticoides, que también nos servirán para las picaduras de medusas. La crema solar nos servirá también de película protectora en muchos casos para evitar picaduras.
Los ojos son otra zona de especial atención durante el verano, ya que el sol o el agua de playas y piscinas pueden provocar irritaciones u otros problemas , protegerlos con gafas homologadas de sol, así como gafas de natación en las piscinas.
Las altas temperaturas también pueden suponer un riesgo para nuestra salud especialmente el golpe de calor( un fallo multiorgánico debido a una elevación extrema y descontrolada de la temperatura corporal). Para prevenirlo evitar la exposición prolongada al calor en horas de máxima intensidad solar, utilizar protección para la cabeza y ropa fresca, así como una hidratación constante, sobre todo en las personas más vulnerables, niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas.
Otro riesgo relacionado con el calor es el corte de digestión en realidad es una pérdida de consciencia debido a un cambio muy brusco de la temperatura corporal, que suele producirse tras el baño en aguas frías.
Se recomienda llevar un botiquín de verano en el que no falte una crema de protección solar adecuada para el tipo de piel, antiséptico, gasas y tiritas para curar pequeños cortes y heridas, analgésicos como el paracetamol para tratar dolores leves, pastillas antimareo, repelente de mosquitos y antihistamínico tópico para picaduras. Si el viaje es países con diferentes hábitos alimenticios y difícil acceso a medicamentos, es importante no olvidar antidiarreicos, antinauseosos y protectores de estómago. El botiquín debe conservarse en un lugar fresco y seco, y evitar transportarlo en el maletero, ya que las elevadas temperaturas pueden dañar los medicamentos.
Mantener una rutina de sueño y fomentar la siesta para descansar un número de horas adecuado. Igualmente es importante ciudar la dieta aunque es fácil caer en las tentaciones gastronómicas.
La gastroenteritis es bastante frecuente durante el verano debido, en muchos casos, a intoxicaciones alimentarias, tener especial cuidado con niños y ancianos porque puede producir deshidratación severa. En el otro extremo está el estreñimiento, como consecuencia de los cambios de hábitos, que se combate con abundante agua; basando nuestra alimentación en frutas y verduras ricas en fibra, no comiendo rápido y haciendo ejercicio.
Y, en último lugar, se sitúan las actividades al aire libre, ya sean en el mar, la montaña o las piscinas, que son refrescantes y entretenidas pero a menudo pueden ser fuente de lesiones. Los deportes acuáticos requieren un buen estado de forma sin el cual podemos sufrir lesiones localizadas o, en el caso del submarinismo, está contraindicado en personas con problemas cardiovasculares, de oído y, sobre todo, de diabetes.
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