Actualmente se sabe que ciertos hábitos poco saludables suponen un alto factor de riesgo y pueden provocar cáncer. Todos tenemos la capacidad de llevar una vida saludable.Una alimentación saludable, el mantenimiento del peso corporal en los rangos adecuados y la realización de ejercicio físico pueden contribuir a reducir la incidencia del cáncer entre un 30 y 40%, fundamentalmente, el de mama, colon y esófago.
Se dispone de pruebas convincentes según las cuales una dieta rica en frutas y verduras y pobre en grasas, así como, evitar la obesidad y realizar ejercicio físico pueden proteger frente a determinados cánceres.