La piel de los bebés presenta diferencias específicas con la del adulto.
A veces nos planteamos la necesidad o no de utilizar productos “pediátricos” o “infantiles”, cuando la realidad es que son los más adecuados pues, están pensados y formulados atendiendo a esas diferencias.
DIFERENCIAS ANATÓMICAS Y FUNCIONALES.
LA PIEL DEL BEBÉ ES MÁS VULNERABLE Y EL EQUILIBRIO SE ALTERA CON MÁS FACILIDAD, de ahí que el cuidado sea importante no sólo punto de vista estético sino también para mantenerla íntegra y sana.
COSMÉTICOS INFANTILES
La cosmética infantil tiene dos objetivos:
- PROTECCIÓN frente a agentes externos.
- Máximo aislamiento frente a las excreciones de los niños.
Deben cumplir:
- Controles de calidad más estrictos que para otros cosméticos. (límites respecto a conservantes, colorantes e ingredientes de las formulaciones)
- Garantizar al máximo la seguridad en su uso.
- Certificar su inocuidad a través de pruebas (índice de irritación primaria dérmica, índice de sensibilización, índice de irritación ocular, test de tolerancia cutánea, entre otros)
- Los envases deben ser “a prueba de niños”.
POLVOS INFANTILES. El tradicional talco, cuyo fin es absorber la humedad y formar una fina capa protectora sobre la piel . Prácticamente ya no se usa por la dificultad de mantenerlos asépticos y el peligro para los bebés por aspiración. Los talcos fluidos (talco+agua+siliconas) no tienen éstos inconvenientes.
HIDRATACIÓN. Es aconsejable aplicar lociones y/o cremas después del baño para restablecer las condiciones idóneas de hidratación y elasticidad.
Deben estar formulados, preferentemente sin perfume, con baja proporción de conservantes y de forma análoga a la emulsión epicutánea.
DENTÍFRICOS. Sólo se usarán cuando se tenga la completa seguridad de que el niño no los va a tragar.
COLONIAS: es habitual su aplicación en la higiene diaria. Son preferibles con una baja proporción de alcohol.
TOALLITAS LIMPIADORAS. Las infantiles suelen estar fabricadas con derivados textiles (non-woven, tejidos sin tejer) impregnadas con una solución limpiadora, que debe ser inocua y eficaz.
LIMPIEZA PIEL Y CABELLO. Los tensioactivos usados deben tener baja capacidad irritante, evitando los aniónicos convencionales como las sales de lauril sulfato.
Los más adecuados son los anfóteros (betaínas), no iónicos (alquilpoliglucósidos) con excelente compatibilidad cutánea y catiónicos y (cocamidas) .
Se recomienda que estén sobreengrasados y que no lleven acondicionadores, por su alto poder irritante ocular.
PROTECTORES SOLARES. Deben ser de alta o muy alta protección, con filtros que protejan de la radiación UVA Y UVB, y seguir las “Recomendaciones de la Unión Europea para el etiquetado de los protectores solares”.
RECOMENDACIONES BÁSICAS
- Bañar al bebé, de forma breve y con una pequeña cantidad de jabón. Eliminar completamente los restos que puedan causar irritación y secar la piel de forma delicada, atendiendo especialmente a los pliegues.
- El jabón será suave, ligeramente ácido y mejor sin perfume.
- Aplicar después emolientes, aprovechando para dar al bebé un ligero masaje.
- No es aconsejable el uso de antisépticos de forma rutinaria, pues altera la microflora cutánea y favorece la aparición de otros microorganismos.
- Si se le pone colonia, que tenga poco alcohol, y siempre sobre la ropa, no en la piel. Actualmente se formulan colonias sin alcohol, mediante solubilizantes de la esencia o polímeros emulgentes.
- No se debe exponer al sol a los menores de 6 meses. Protegerles siempre con sombrillas, gorros, ropa y fotoprotectores de alta o muy alta protección.
- El cambio de pañal debe ser al menos con cada toma, un cambio frecuente asegura una piel más sana.
Fuente: Rev. Mundo Farmacéutico. nº 231.