El tejido adiposo está compuesto por células llamadas adipocitos que acumulan en su interior gran cantidad de grasas. Funcionan como centros de almacenamiento de energía, pues los lípidos son moléculas altamente energéticas. De igual forma, algunas veces forman depósitos bajo la piel que pueden servir como aislante térmico. También se encuentran rodeando y protegiendo algunos órganos como el riñón.